Para los profesores
¿Cómo actualizarse y perfeccionarse en la práctica docente?
Publicado en la Revista de la Facultad de Ingeniería. UNAM
Pablo GyC
“Lo único permanente es el cambio”
Heráclito
Para actualizarse y perfeccionarse en su quehacer docente, el profesor debe tener presente que los tiempos cambian, las teorías evolucionan, y que continuamente surgen nuevas formas, ideas, percepciones para enfrentar la educación. Es por ello que debe saber que no basta cómo ha trabajado hasta ahora en la docencia y que posiblemente lo ha hecho con la mejor de las voluntades, pero de manera empírica, sin fundamentos didácticos, sin sustentos científicos, sin los apoyos pedagógicos y didácticos de las últimas investigaciones al respecto. Por esto debe preguntarse de manera constante ¿qué novedades hay en el proceso del aprendizaje y en la evaluación del mismo?, ¿qué se debe tratar, cómo, con qué profundidad?
Y al respecto y en referencia a los estudiantes que cursan con él asignaturas, debe cuestionarse, reflexionar y actuar en consecuencia:
Si evalúa continuamente su práctica docente.
Si inicia su curso informando objetivos, trabajo y evaluación.
Si ve a los alumnos como sujetos de aprendizaje y no como objetos de enseñanza.
Si practica la dialéctica enseñanza-aprendizaje y sabe que él también aprende.
Si previene aspectos subjetivos que pudieran influir en el trato y la evaluación.
Si alienta innovaciones en lugar de inhibirlas y reprimirlas.
Si evita el empirismo y estudia lo nuevo en la educación.
Si confronta con pares su práctica docente y sus marcos de referencia.
Si deja espacio para dudas y expresiones en clase o llena el tiempo para evitarlas.
Si es paternalista en lugar de tener un trato afectivo y respetuoso.
Si convive con los estudiantes fuera de clase.
Si es flexible en lugar d caer en actitudes rígidas que cohíben la participación.
Si etiqueta, construye perfiles y tipos de alumnos en lugar de tratarlos en su totalidad.
Si considera que cada alumno tiene una historia personal y así lo trata.
Si propicia el trabajo en equipo que aumenta la fuerza y disminuye el orgullo.
Si es facilitador y horizontal, es decir, que propicia el aprendizaje en la libertad.
Si alienta la construcción del conocimiento como tarea sustantiva del aprendizaje.
Si propicia un espíritu libre y crítico, que anime la pregunta, la indagación constante.
Si es sencillo, generoso, apasionado en su clase y trato con los estudiantes.
Si impulsa la formación integral incluyendo aspectos sociales y emocionales.
Si es paciente, afectuoso, empático, congruente y auténtico.
Si fomenta la creación y la innovación, permitiendo la libre cavilación en el aula.
Si promueve un aprendizaje reflexivo y significativo, que promueva el cambio.
Si crea una atmósfera cálida en el aula, propicia para la comunicación
Si fomenta la generación libre y espontánea de ideas.
El profesor debe motivar en los estudiantes el entusiasmo contra el desánimo, el compromiso contra la apatía, el optimismo contra la confusión y el pesimismo, la seguridad contra la desconfianza, los logros contra la frustración, la alegría contra la desdicha, la emoción contra la pasividad, la participación contra la inhibición, la comunicación contra el aislamiento, la negociación contra la hostilidad, la tranquilidad contra el temor, la creatividad contra el conformismo, la crítica contra la indiferencia.
Me encantó su publicación profe, sería estupendo que la gran mayoría de nuestros profesores fueran así y con esa entrega.
ResponderEliminarExcelente!